martes, 26 de abril de 2016

Reseña: Lenochka

Esta reseña de nuevo trata sobre el libro, que aún no termino, titulado: «Los más bellos cuentos rusos». En este libro he encontrado cuentos que me han fascinado, sobre todo el que reseñe la vez pasada, y todos ellos con algo en común, y como lo dice el título del libro, bellos, en toda la extensión de la palabra.


Reseña: Lenochka
De: Alexandr I. Kuprin

Esta reseña de nuevo trata sobre el libro, que aún no termino, titulado: «Los más bellos cuentos rusos». En este libro he encontrado cuentos que me han fascinado, sobre todo el que reseñe la vez pasada, y todos ellos con algo en común, y como lo dice el título del libro, bellos, en toda la extensión de la palabra.
 El Coronel Vosnitzin viaja de San Petersburgo a Crimea, deteniéndose en Moscú, donde vivió su infancia y juventud. El deseo de volver a los sitios que le vieron crecer, surgía de su pensamiento hacia la muerta, algo ya no frívolo como antes, sino como algo temeroso. El general visita algunos sitios como su antiguo colegio, la escuela de cadetes, entre algunos. Más tarde, se embarca en, lo que me parece, un ferri o algo por el estilo; viajando en primera, y siendo él y una mujer acompañada de su hija los únicos en primera, el viaje le fue placentero; llegando a dormir tan profundo como no hacía en meses o años.
 Al desayunar, la mujer a la que me réferi antes, se hizo presente; al mirarse a Vosnitzin le pareció que había algo familiar en ella, cosa que desapareció pronto en él. Aumentando el calor, el coronel subió a cubierta, seguido por la mujer, donde se dedico largo rato a dar vuelta tras vuelta; en una de ellas, al mirar de nuevo a la mujer retornó esa sensación de conocerle, pero siguió dando vueltas, cada vez más se acrecentaba esa sensación, pero no conseguía recordarla de nada. Y de improviso, al pasar de nuevo cerca de ella, le saludo y entablo conversación con ella. Conversando la mujer le confiesa ser víctima de semejante sentir; ella le dice su apellido: Lvova «apellido de su esposo», con la esperanza de que le fuera familiar, pero no fue así. Él, al revelarle el suyo, de inmediato la mujer se lleno de júbilo; y tras darle ella ciertas pistas sobre su identidad, Vosnitzin atino a reconocerla, de su infancia como Lenochka.
 Siendo esta la que me parece la parte más trascendental y bella de la historia, resumiré los hechos. Conversando ambos y recordando su infancia —algo que, de cierto modo me cautivo llegando a verlo con casi total claridad—, resonando en él el amor no correspondido que recibió de parte de ella, algo que, ahora Lenochka veía como algo más y simpático, quizá, pienso yo, por la lejanía de los años con respecto a aquellos sucesos. Varias páginas relatan lo que vivieron juntos en su infancia, y en compañía de un amigo mutuo Arcadio —poco mencionado—.
 Más tarde le presenta a su hija, recordándole a Vosnitzin a su madre en aquellos tiempos pueriles. El final de la historia me parece sumamente conmovedor; evidentemente no hablare de el por obvias razones.


D. Leon. Maýen


Escribiendo la reseña y reflexionando al hacerlo, creo que de algún modo me ha gustado, además de ser una buena historia, por temer que me pase algo semejante en el futuro. Como sea espero les haya gustado la reseña, y en el caso de que la lean me gustaría saber su opinión.

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