Ausencia
En el final de mi
tiempo
no te diré adiós,
pues en mí te tendré…
Como desde hace tanto.
En mi moras aún
cuando
con aquel beso
concluyente,
afable pero
atormentado,
se arrancó de mi
pecho
tanto como el amor
que te profeso…
profesé… profesé.
Quedó ya en la nada;
entre tersas nubes y
punzantes rocas;
entre un nirvana y el
abismo,
resultado de esta
vida sin ti.
Existencia sin mi
vida:
amor, vitalidad y subsistencia.
Eras tú
mi sol, mi luz,
mi faro de medianoche;
mi vital esencia;
sustancia de toda mi
esperanza;
dichoso y anhelado
porvenir,
eclipse de la
incertidumbre y el desaliento.
Ahora, mi amor…
un sueño de antaño;
presente; lejano…
Todo en mi nada,
nada en mi todo.
D. Leon. Mayén