jueves, 30 de marzo de 2017

Silenciosos (Poema)

Silenciosos


Hablas y yo escucho
atento a tus gestos y palabras,
lo que expresas a la distancia.
Pero no sé lo que piensas,
lo que sientes o quieres…
eso me hiere, me mata,
me desespera con abundancia.
Dime, transmíteme tu pensar,
tu sentir, tú…
Compárteme lo que se guarece en tu hondo pecho
y profundo pensamiento;
hazme saber que lo que creo
no es un mero sueño,
una ilusión trastornada por el deseo,
y sí una verdad cautivante…
compartida y anhelada a la par.
Lo que sea dímelo,
¡dímelo!, y rompamos este silente sufrir de una vez.
O si lo quieres,
querida mía, pregunta, ¡pregunta sin miedo!
Pues yo no me atrevo;
te pido lo hagas pues las yagas en mi corazón
aún las palpo con dolor.

Sólo dilo… lo que sea, dilo.


D. Leon. Mayén

martes, 28 de marzo de 2017

Un año aquí

Un año aquí

Hace trescientos setenta y cinco días que publique mi primera historia en este blog: El cursi (Coger).
Tanto ha pasado desde entonces, aun no concluyo mi objetivo primordial, pero he aprendido tanto en el camino, conocido, a algunos más que otros, en el proceso. Sin lectores, o bien quienes meramente entran por curiosidad no seguiría en este blog… Realmente sí, pues escribo en principio para mí, esperando que le guste a alguien, quien sea; desahogar el sufrir, y toparme con personas afines.
En este tiempo he constatado constantemente una de mis “creencias” fundamentales, una idea que portaba con convicción pero sin certeza tangible; esto es que la literatura no es para todos, los libros no son venditos y mucho menos cambian vidas en su mayoría; algo nada raro en esta época tan apática y sumamente banal, narcisista y frívola.
Creo que para que un libro trascienda realmente en una persona, tiene que verse más allá de las letras, de los personajes, de la trama, de la imaginación, hasta llegar a los rasgos plasmados de la mente del autor, de lo que intenta transmitir, lo que vivió, lo que vio y sintió, ver… un contexto amplio en torno a todo; ir más allá, pues eso es un libro con un montón de letras: ir más allá de lo tangible.
El cambio que ha provocado la literatura clásica en mí no es tan gratificante como quisiera, ya que me muestra, más allá de las bellísimas y gloriosas historias que narra, que el mundo, la vida, la humanidad no ha cambiado… ¡Para bien y para mal!
Volviendo; esta, justo es mi publicación numero sesenta; sesenta al año no está mal… ¡es señal que tengo más que hacer y no me he enajenado! Ja, ja, ja.
Cambiando de página; quiero agradecer sinceramente a quien se ha tomado la molestia de entrar a este blog y ojear lo que plasmo. A las comunidades de Google+ que aceptan mis publicaciones, a sus creadores y administradores así como a sus miembros, ¡GRACIAS!
Justo ahora, y no por la fecha, estoy trabajando en una nueva historia algo extensa, que espero publicar pronto; en ella hago una ligera referencia a mi pubertad y adolescencia en compañía de mis buenos amigos, que más que ello son como hermanos. Y a la vez hago referencia a una saga muy conocida en el mundo Gamer, sobre todo de su última entrega, la séptima, y un poco de las tres primeras, cuando los zombies y monstruos mutantes bastaban para ser un gran survival horro, en conjunto con sus mecánicas de juego y grandiosa historia.

Hasta entonces.