Un año aquí
Hace trescientos setenta y cinco días que publique mi primera
historia en este blog:
El cursi (Coger).
Tanto ha pasado desde entonces, aun no concluyo mi objetivo
primordial, pero he aprendido tanto en el camino, conocido, a algunos más que
otros, en el proceso. Sin lectores, o bien quienes meramente entran por
curiosidad no seguiría en este blog… Realmente sí, pues escribo en principio
para mí, esperando que le guste a alguien, quien sea; desahogar el sufrir, y
toparme con personas afines.
En este tiempo he constatado constantemente una de mis “creencias”
fundamentales, una idea que portaba con convicción pero sin certeza tangible;
esto es que la literatura no es para todos, los libros no son venditos y mucho
menos cambian vidas en su mayoría; algo nada raro en esta época tan apática y
sumamente banal, narcisista y frívola.
Creo que para que un libro trascienda realmente en una
persona, tiene que verse más allá de las letras, de los personajes, de la
trama, de la imaginación, hasta llegar a los rasgos plasmados de la mente del
autor, de lo que intenta transmitir, lo que vivió, lo que vio y sintió, ver… un
contexto amplio en torno a todo; ir más allá, pues eso es un libro con un montón
de letras: ir más allá de lo tangible.
El cambio que ha provocado la literatura clásica en mí no es
tan gratificante como quisiera, ya que me muestra, más allá de las bellísimas y
gloriosas historias que narra, que el mundo, la vida, la humanidad no ha
cambiado… ¡Para bien y para mal!
Volviendo; esta, justo es mi publicación numero sesenta;
sesenta al año no está mal… ¡es señal que tengo más que hacer y no me he enajenado!
Ja, ja, ja.
Cambiando de página; quiero agradecer sinceramente a quien
se ha tomado la molestia de entrar a este blog y ojear lo que plasmo. A las
comunidades de Google+ que aceptan mis publicaciones, a sus creadores y
administradores así como a sus miembros, ¡GRACIAS!
Justo ahora, y no por la fecha, estoy trabajando en una
nueva historia algo extensa, que espero publicar pronto; en ella hago una
ligera referencia a mi pubertad y adolescencia en compañía de mis buenos
amigos, que más que ello son como hermanos. Y a la vez hago referencia a una
saga muy conocida en el mundo Gamer, sobre todo de su última entrega, la séptima,
y un poco de las tres primeras, cuando los zombies y monstruos mutantes bastaban
para ser un gran survival horro, en
conjunto con sus mecánicas de juego y grandiosa historia.
Hasta entonces.