Halo: El
Flood; de William C. Dietz
Reseña
Subgénero: Ciencia-Ficción Publicación:
2003
Título Original: Halo: TheFlood Contenido: 291
Páginas
¡ADVERTENCIA, ESTA RESEÑA CONTIENE
CITAS Y SPOILERS DE LA OBRA!
Todo comienza justo donde concluye el título anterior: Halo:
La Caída de Reach; en el Pillar of Autumn huyendo a coordenadas “desconocidas”.
Realmente a las coordenadas donde la IA de la nave, Cortana, los lleva; siendo
obtenidas por el Spartan 117 en la entrega anterior, y mismas que los llevan
directo a Halo, el mundo anillo —Algo
que, debo destacar, durante muchos años ignoré ya que nada de esto se menciona
en los videojuegos; simplemente comienzas tras concluir la nave el viaje
hiperespacial y despertar John—.
Aunque la historia va de la mano con la narrativa y sucesos
de Halo: Combate Evolved, son
bastantes los sucesos y personajes que no se incluyen en el videojuego antes
mencionado. Todo comienza momentos antes de salir del viaje hiperespacial;
antes de despertar al Jefe Maestro… el último Spartan.
De igual modo que en el juego, se describe el abordaje del Covenant a la nave humana, sólo que
desde ambas perspectivas: humana y alienigena. Como es costumbre, la carne de
cañón al frente: Jackals y Grunts
guiados por Elites. Particularmente, un Elite
llamado Isna‘Nosolee es enviado, muy a su pesar
prefiriendo combatir, a recopilar inteligencia, desde datos acerca de armas y
fuerzas militares hasta el mayor premio de todos: la ubicación del mundo natal
de sus enemigos, la Tierra; fungiendo Isna como un “Osoona”, u Ojo de los Profetas. Su
misión, consistente en tres objetivos, es: primero, requisar la IA de la nave
enemiga; segundo, capturar algún oficial de la tripulación, y tercero, grabar
toda su misión para así obtener datos en combate; todo bajo el manto protector
del camuflaje óptico en su armadura (invisibilidad).
Después, tras una
fuerte lucha entre la tripulación y el enemigo la nave es evacuada. (En cierta
parte se narra todo lo que hace el Jefe Maestro hasta llegar a la nave de escape
—final del primer nivel en el juego—, algo que hasta cierto punto, y de forma
contrapuesta, me disgusto ya que resulta soez al haber jugado el videojuego;
pero, por otra parte, resulta necesario para el desarrollo de la trama).
Lo sucesos y personajes paralelos a lo visto en el
videojuego —la travesía del Spartan
117 en compañía de su fiel y vital compañera Cortana— son refrescantes, con
esto me refiero a que le dan una nueva perspectiva y jugabilidad al juego, a
este universo en general. Como por ejemplo el descenso de la tripulación del
puente del Pillar of Autumn —entre ellos el Capitán Jacob Keys, el Alférez William
Lovell, etc.— así como de Pelicans
con SCDOs arribar en Halo: una
estructura colosal con el propósito de formar un ecosistema con una atmosfera
muy similar a la de la Tierra; desde playas, bosques, terrenos nevados, hasta
pantanos; todo funcionando de forma autónoma; creado por una civilización
ancestral, sumamente avanzada y… extinta por los oscuros secretos que resguarda
el anillo: la Instalación 04. (Es aquí donde, me parece, se hace la primera
referencia a los Forerunner).
En parte, lo no visto en el juego es: la Alpha Base, lugar que capturan y usan
como puesto de mando las fuerzas sobrevivientes de la UNSC; de qué modo es
capturado el Capitán Keys por el Covenant —bajo una cobarde traición— y
llevado hasta la nave Truth and
Reconciliation del Covenant, y cómo,
tras ser rescatado, llega a los pantanos encontrándose en las profundas
entrañas de una estructura con el Flood
—¡tantas cosas bien hiladas con la historia jugable!—. La horrible y agonizante
muerte a manos del Flood, al estar
siendo despojados de su conciencia, es… sublime y espantosa a la vez. Surgiendo
entonces un nuevo enemigo; acentuando la ya de por sí cruenta batalla por
sobrevivir en el anillo: formándose una batalla a tres bandas.
Las batallas en tierra, como antes las espaciales, se llevan
mis palmas. Llenas de acción e incertidumbre, en tiroteos y entre vehiculos;
muchas de ellas terminando de forma sorpresiva para ambos bandos —¡exceptuando
al Flood; malditos insaciables sin
piedad!—. Ataques a la Alpha Base,
una misión de rescate y después de captura la Truth and Reconciliation; la recogida de suministros del Pillar of Autumn, la persecución y
emboscada tras ello, y más tarde la “recuperación” de la nave.
El desarrollo de la historia puede ser algo lento conociendo
el juego —y no es que el juego sea lento, para nada; es el más largo y con
mayores misiones en la saga—, pero en
retrospectiva todo es parte de un buen y placentero rompecabezas; aunque claro,
no todo es miel sobre hojuelas.
Hablando de los personajes, por parte del Covenant, sin duda, mis favoritos son Yayap y Zuka ‘Zamamee; Grunt y Elite respectivamente. Yayap es simplemente fabuloso. ¡El sólo
quiere vivir! Y ‘Zamamme sólo desea
terminar con la existencia del Jefe Maestro. He aquí un fragmento y la primera
aparición de ambos:
“Mientras la batalla contra los humanos continuaba con
furia, un Grunt llamado Yayap lideraba un pequeño destacamento
de su propia especia a través de una media derretida escotilla, y llegaron a la
escena de una masacre. El mamparo cercano estaba empapado de reluciente sangre
azul. Casquillos percutidos estaban esparcidos por todas partes y una
enmarañada pila de cuerpos de Grunts
testificaba un enfrentamiento perdido. Yayap
se volvió en breve duelo por sus hermanos caídos. La mayoría de los muertos
eran Grunts, lo que no le sorprendió
a Yayap. Hace mucho ya que los
Profetas habían usado a su raza como carne de cañón. Él tuvo la creencia de que
ellos se habían ido a un paraíso de metano. Estaba a punto de pasar por la
horrible pila cuando uno de los cuerpos hizo un quejido. El Grunt pausó y, acompañado por uno de sus
compañeros –un Grunt llamado Gagap–, entró en el sangriento desastre,
sólo para descubrir que el sonido estaba asociado con un Elite de armadura negra, uno de los “Bendecidos de los Profetas”,
tipos que estaban a cargo de estas mal consideradas incursiones. Por ley y
costumbre, la raza de Yayap estaba
sometida a venerar a los Elites
como divinos enviados de los Profetas. Desde luego, la implementación de la ley
y de las tradiciones en el campo de batalla era de alguna manera, flexible. “Déjenlo”, aconsejó Gagap. “Eso
es lo que él haría si alguno de nosotros estuviera ahí tirado y herido.” “Cierto,” dijo Yayap cuidadosamente, “pero tomaría cinco de nosotros
cargarlo de regreso al bote de asalto.” Le tomó a Gagap diez latidos completos el asimilar la idea y finalmente
apreciar su genialidad. “No tendríamos que luchar.” “Precisamente”, dijo Yayap, mientras los sonidos de la batalla crecían una vez más. “Muy bien, cojámoslo, agarren sus brazos y piernas, y
saquemos su trasero fuera de aquí.” Una rápida verificación
comprobó que las heridas del Elite no
eran mortales. Un proyectil humano había pasado a través de la visera
del guerrero, desgarrando a través del costado de su cabeza y se había aplanado
así mismo dentro de la superficie del casco del Elite. La fuerza del golpe lo había dejado inconsciente, aparte de
eso, había tenido algunos cortes y magulladuras cuando cayó al suelo. El Elite sobreviviría. “Ah, lástima”, pensó
Yayap. Satisfechos de que su boleto
fuera de la nave haría que vivieran lo suficiente para llevarlos a donde
buscaban ir, los Grunts tomaron al
guerrero de las extremidades y marcharon como patos corredor abajo. Su batalla
había terminado.”
A partir de esto Yayap
sufre de un completo revés a sus intenciones originales, ya que Zuka decide hacerlo su fiel escudero
creyendo había arriesgado su vida para salvarlo, uniéndose ahora en el
propósito de matar al Spartan 117 a
como dé lugar. (Devoré el libro ansioso por saber que sería de este par).
Por el lado humano, mis dos personajes favoritos, y heroínas
de la historia, son la Primer Teniente Melissa
McKay: miembro de las fuerzas SCDO;
valerosa y angular miembro de la batalla en la Instalación 04 y quien, al igual
que el Jefe, salvan a la humanidad de un horrible fin a manos del Flood, yendo por sobre el imbécil de su
superior, el Mayor Antoni Silva… y la vida de otros. Así como la Oficial de
Vuelo Carol Rawley, “Foehammer”, sencillamente sin ella tanto
el Jefe como otros miembros de la UNSC en Halo
no habrían podido lograr sus valiosos objetivos.
343 Guilty Spark
es justo lo que es en Combat Evolved, estricto e irreflexivo con respecto a los protocolos
y la contención del Flood. Un
personaje que se quiere y odia a ratos; un importante aliado y un dolor en el
trasero. Guilty Spark, Monitor de la
Instalación 04, una IA poseedora de un hardware “semejante” a una esfera, celoso
guardián y encargado de todo en el anillo; hasta el punto de “engañar” al Jefe
para activar el anillo y usarlo contra la amenaza Flood, como dictan los
protocolos establecidos por sus creadores los Forerunner; misma razón que los contrapone entre sí, formándose,
brevemente, un cuarto bando en la historia, siendo apoyado el Monitor por los
Centinelas, maquinas flotantes protectoras del anillo.
Y bueno, ante todo esto y mucho más, John-117, el Jefe Maestro, el legendario héroe, termina vencedor.
Hay diversos momentos en la historia en que se da de manifiesto el sentir de John al ser el último Spartan, al perder a cada uno de sus
hermanos en Reach. Esto es, para mí,
lo mejor del libro: adentrarse en el pellejo de nuestro héroe; ¡porque es muy
distinto jugar a ser el Spartan 117
siendo un soberano imprudente gatillo alegre, a verlo en nuestras mentes como
el mismo!
La descripción de lo vivido por John, pero más que nada los escenarios, me daban unas ganas de
jugar el juego en ese mismo momento; además de querer constatar ciertos
aspectos del entorno.
Por último debo decir que cada vez me fascina más y más como
el mundo de la literatura influye en el de los videojuegos y viceversa. Y no
sólo por Halo, sino que hay un sinfín
de ejemplos; el más claro, y de mis favoritos, es el de Tom Clancy: con sagas de videojuegos como Rainbow Six, Ghost Recon,
Splinter Cell y H.A.K.S. (siendo las más notables); y en lo literario con Rainbow Six, Op-center (una larga saga), Splinter
Cell, y novelas como A la caza del
octubre rojo, entre muchas más. Pero, también, recuerdo, que de la saga de Hitman (nada que ver con las películas),
previo al lanzamiento de la penúltima entrega: Hitman: Absolution, se publicó un libro a modo de precuela y enlace
entre éste y su sucesor Hitman: Blood
Money.
Y del otro lado, de libros a videojuegos, están, desde
luego, The Witcher con tres títulos
ya; juegos de Sherlock Holmes
(entrando en mis favoritos Sherlock
Holmes: Crimes & Punishments, resultando en lo que me parece es una
especie de fusión entre el afamado personaje de Sir Arthur Conan Doyle y la obra de Fiódor Dostoyevski, Crimen y
castigo; pues aunque no lo he leído por falta de tiempo y efectivo, se
puede encontrar claramente el libro en sí en el gameplay del juego). Y el subtitulo del juego es muy sugerente.
Obviamente hay muchos más ejemplos.
D. Leon.
Mayén