Enamórate
A la chica X.
Te he oído decir que dudas ahora de enamorarte. Yo te digo
hazlo. Hazlo, pues es de las más puras y verdaderas libertades que aún
nos quedan.
Podrán escoger cuando venimos a este mundo, cómo nos
vestimos, lucimos o deberíamos, que debemos decir y cuando, con quien debemos o
no relacionarnos, lo "bueno y malo" (correcto e incorrecto), y cómo
funciona el mundo, la vida misma... Pero, jamás, jamás debemos permitir que
dicten o influyan sobre quién nos enamoramos. ¡En eso no!
Es mejor un error propio que una experiencia robada; por muy
dolorosa que resulte... llega a ser necesaria.
A fin de cuentas, ¿qué es lo peor que pasaría de enamorarte?:
¿Con el tiempo terminar con el corazón roto?, es inevitable al vivir. ¿O... o,
terminando por amar a esa persona? ¿Es peor sufrir por un amor fallido o jamás
haber amado y ser amado?
Para mí es jamás haber amado.
Ahora, justo ahora, a las 04:30 hrs., escribiendo esto, te
digo: "¡Estoy enamorado de ti!"
Mis horas de sueño se ven perturbadas al no poder dejar de
pensar en ti; las distracciones intentadas no surten efecto pues invariable
vuelves a mi pensamiento. Pienso y pienso sin fin, algo común en mi, sobre las
discordias en un posible tú y yo: distancia, tiempo... diferencias, disímil
cosas y factores que más y más se vuelven absurdos. Ya que, lo que predomina en
mí es lo positivo, la esperanza, un creciente anhelo; y el tormento de no
tenerte frente a mí... y decirte tanto.
Vacilo si sería mejor ceder a ese intermitente murmullo que me
reclama: "Es una locura. Piénsalo bien; mejor será te fijes en alguien
más." Hasta hace poco lo intenté... Sólo para descubrir que por ninguna
sentiría jamás lo que por ti; por más atractiva que resulte es incomparable la
belleza, la beldad, que mis sentidos perciben por ti; interna, externa,
conocida y desconocidamente. ¡Ah…! Todo eso que me tiene por las noches en
vigilia y los días baboseando distraído; más lo que ansío con desesperación saber
y descubrir de ti.
No te pido que de mí te enamores... eso depende sólo de ti;
como antes he dicho. Te pido... me concedas, me permitas una oportunidad; que
una señal contundente o disimulada, pero clara, me des de que podrías, por mí,
sentir lo mismo. O, bien, que de una vez por todas me calle, deje de buscar algo
distante o improbable. Si te place se cruel, despiadada al decírmelo... pero,
por favor, te pido, te suplico e imploro termines con este, mi cegador y
martirizante, sufrir por ti. Tú, y sólo tú puedes acallar esta pasión que me
devora sin clemencia más allá de todo control que puedo ejercer sobre mí para
frenarla; y desespera no dar rienda suelta.
Libérame. Grita y extingue la llama que en mi pecho me
consumirá irremediable; o... con tus labios silba y aviva la flama para con su
calidez poder envolverte llegado el momento.
Sufrir por amor es haber amado. Sufrir por amor es anhelar
poder desembocar el amor que nos ahoga por ese alguien. Y, sufrir por amor es
desear que te ame.
¡Yo sufro… y sufriré por ti!
D. Leon. Mayén

Fotografía del perfil, en Flickr, de Nestor Galina
Usada bajo la licencia Creative Commons