Silenciosos
Hablas y yo escucho
atento a tus gestos y
palabras,
lo que expresas a la
distancia.
Pero no sé lo que
piensas,
lo que sientes o
quieres…
eso me hiere, me mata,
me desespera con
abundancia.
Dime, transmíteme tu
pensar,
tu sentir, tú…
Compárteme lo que se
guarece en tu hondo pecho
y profundo
pensamiento;
hazme saber que lo
que creo
no es un mero sueño,
una ilusión
trastornada por el deseo,
y sí una verdad
cautivante…
compartida y anhelada
a la par.
Lo que sea dímelo,
¡dímelo!, y rompamos
este silente sufrir de una vez.
O si lo quieres,
querida mía,
pregunta, ¡pregunta sin miedo!
Pues yo no me atrevo;
te pido lo hagas pues
las yagas en mi corazón
aún las palpo con
dolor.
Sólo dilo… lo que
sea, dilo.
Fotografía del perfil, en Flickr, de Valerie Everett
Usada bajo la licencia Creative Commons
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