Acuosos y atormentados momentos
Mis ojos llorosos en días áridos… noches ahogadas en
sollozos; entre momentos velados de dudas y deseos; pensamientos plagados de
culpa y arrepentimiento; anhelos férvidos de cariño… un cariño antes familiar,
ahora ajeno, lejano.
Sentires que aparentan no volverán, sino encarecerán, en
suplicios de dolor y cólera por la soledad, el repentino abandono; de lo que
bien pudo ser un amor como ninguno, un amor bienhechor, pues ahora me sofoco en
mi lloro… por ese ausente querer; por ella, por mí que la desdeñe entonces y la
sufro hoy… y para siempre.
Acuosos mis ojos; que cual espejo distorsionante reflejan la
hondonada dentro de mi pecho, el desbordante dolor de mi alma… Gota a gota el
corazón se me desgarra; rogando por una cura… una caricia esperanzadora que,
quizá, alivie o sosiegue el avasallante pesar en mí…
D. Leon.
Mayén
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